Nos levantamos en las proximidades de Haast en la punki área elegida para la ocasión donde pasamos la noche, nada mas levantarnos nos atacan miles de sunflies, un bicho parecido a una mosca pequeña que esta extendido por todas las zonas donde hay agua cercana en Nueva Zelanda, nos comen vivos literalmente y nos dejan las piernas y brazos llenos de picadas, no volverá a pasar! En el próximo súper compraremos un buen repelente. Finalmente ponemos rumbo a Wanaka pasando por el espectacular Haast Pass, esta increible carretera que une la localidad costera de Haast con el pueblo de Wanaka se inicia cruzando el Mount Aspiring National Park por una carretera que pasa por el interior de un bosque con enormes arboles a lado y lado que parece sacada del mundial de rallies. Una vez pasado este tramo y, por si fuera poco, llegamos a la cumbre y podemos disfrutar en la bajada de unas  asombrosas vistas de los lagos Wanaka y Hawea a derecha e izquierda de la carretera.

Nos sabe mal pero la carretera se acaba y llegamos a Wanaka. Este pueblo a la orilla del lago de su mismo nombre nos sirve para solucionar alguno de los problemas que nos habían surgido. Durante el camino nuestra luna delantera había recibido el impacto de una piedra en una de las múltiples carreteras de grava que habíamos atravesado, lo que había desembocado en un raja cada vez mas grande que tocaba reparar. La broma nos salió cara pero por lo menos ya teníamos solucionado el problema y teníamos luna nueva. El tiempo que tardaron en substituirla lo aprovechamos para dar un paseo por el pueblo y comer una de las mejores hamburguesas que nos he comido en nuestra vida. El restaurante donde las servían se llama Luxury Burgers, cercano a la entrada del pueblo y además de servir buena comida la chica que nos atendió era encantadora.  Una vez resuelto nuestro problema y por primera vez en el viaje decidimos relajarnos una tarde a la orilla del lago, pegarnos un baño y tomar el sol un ratillo y gracias a ello nuestro tono de piel empieza por fin a abandonar el blanco nuclear por un moreno mucho mas saludable. Después volvemos a la zona industrial donde arreglamos la luna y encontramos un descampado donde poder hacernos la cena y pasar la noche.

Nos levantamos y desayunamos con entusiasmo, hoy es un día de emociones muuuuy fuertes ya que hemos decidido saltar y no poco precisamente: vamos a saltar desde un avión a 4000 metros de altura. La idea del free fall ya nos venía rondando la cabeza durante años pero por una razón o por otra al final ninguno de los dos la habíamos hecho aunque no era el caso de Xavier, apasionado del mundo de la aviación y que ya había tenido la ocasión de disfrutar del placer de tirarse de un avión en marcha. Para tal menester elegimos la compañía Skydive Wanaka que tiene su sede en el aeropuerto de la localidad. Aunque el Skydive no es una actividad barata el precio nos resulta muy razonable, 329 NZD a los que añadir algo mas de cien si quieres tener el recuerdo en un video grabado por una handycam por el mismo instructor que salta contigo o casi doscientos si quieres que un tercer saltador salte contigo y grabe tu salto. El precio es parecido al que podrías encontrar en Barcelona por esta actividad pero tiene el añadido de poder contemplar los lagos desde las alturas y a su vez las imponentes montañas de la zona con el monte Cook presidiéndolas lo que convierte a éste en uno de los mejores lugares del mundo para la práctica de este deporte.

Nos plantamos en el aeropuerto a las diez y nos dan hora para saltar a las doce, así que mientras tanto decidimos quedarnos y ver los saltos de los turnos anteriores. La empresa es todo profesionalidad lo que para una actividad como esta nos tranquiliza mucho. Cada media hora sale un avión con seis o siete intrépidos saltadores hasta que por fin llega nuestra hora, visionando primero un video introductorio sobre que hacer, nos presentan a nuestros instructores y hacia la avioneta. La atracción principal es el salto aunque el vuelo con la avioneta y las vistas de las montañas son una autentica pasada. Cuando llegamos a cuatro mil metros es nuestro momento, los nervios están a flor de piel aunque cuando llega el momento de saltar no hay tiempo para los nervios, te pones al borde del abismo y saltas. La descarga de adrenalina es brutal, tu estomago sube hasta el mismísimo cuello y no puedes hacer otra cosa que gritar, pasados unos segundos empiezas a mirar abajo y a los lados y a disfrutar, los 45 segundos de caída libre dan para hacerlo todo. Después se abre el paracaídas y una vez ya totalmente seguro de que tu vida no corre peligro puedes volver a disfrutar del privilegiado punto de vista que te da altura para poder ver las montañas y lagos de la zona hasta que finalmente aterrizas y con la adrenalina a tope no puedes hacer otra cosa que abrazarte a tu instructor y compañeros de salto, una autentica pasada! Muy recomendable y en este lugar seguramente más!

En este punto abandono por un segundo el plural y personalizar para decir que el salto era una actividad que yo no tenía pensado hacer. Su elevado coste y el hecho de que cerca de Barcelona tuviera posibilidad de hacer Skydive me hicieron decidir por no hacerla y guardar dinero para poder alargar al máximo mi viaje pero Eloi y Xavier decidieron hacerme un regalazo adelantado por mi cumpleaños y pagar el salto. Eternamente agradecido! Da gusto tener buenos amigos!

Abandonamos el aeródromo de Wanaka y todavía llenos de emoción ponemos rumbo a Queenstown. Llegamos allí ya un poco tarde y al llegar nos sorprende la cantidad de gente que hay por la calle. En todos los pueblos y ciudades en las que habíamos estado hasta ahora a partir de las seis de la tarde o incluso antes las calles estaban vacías pero Queenstown es distinto ya que esta localidad tiene mucho estudiante y a su vez mucho turismo, lo cual queda patente a estas horas. Ves a gente paseando y bares abiertos y a pesar de que nos gustaría quedarnos a tomar algo, tenemos el tiempo justo para ir al súper e ir al camping del DoC en las afueras de la ciudad para cenar algo y dormir allí.

Nos levantamos en el camping del DoC bien temprano para poder ver el Barça-Milán de champions. Si no se clasifican probablemente sea el último partido de la temporada que veamos así que el madrugón está justificado. Buscando un poco encontramos el Base Hostel de Queenstown, de la misma cadena que el que estuvimos en Auckland y vimos que allí tenían el partido puesto en varios televisores en el bar que tienen junto al albergue. Pedimos permiso y allí nos quedamos. 4-0 eliminatoria resuelta, valió la pena madrugar! Además aprovechamos la conexión a internet del hostel para poner al día el blog que lo teníamos un poco abandonado. Por la tarde damos un paseo por la ciudad, de las mas bonitas de Nueva Zelanda, con el clásico lago que baña casi todas la ciudades y pueblos importantes del país que los lugareños utilizan para tomar el sol aprovechando el día soleado que tenemos.

Una vez visto Queenstown ponemos rumbo al Milford Sound vía Te Anau. Decidimos dormir en el último camping del DoC que hay antes de llegar al Milford para estar mas cerca al día siguiente, el camping está a unos 50 kilómetros del embarcadero.

Nos levantamos temprano para poder coger el primer barco que sale hacía el Milford Sound. Éste no es en realidad un Sound, que sería un valle provocado por la erosión del paso de un rio, algo parecido a un cañón sino un fiordo, una extensión de terreno cubierta por la crecida del nivel del mar durante el último deshielo hace unos cuantos millones de años. La compañía elegida es Jucy, además de porque es la mas barata porque su barco es mas pequeño que los de la competencia lo que les permite poder acercarse mas a los diferentes puntos de interés que hay durante el recorrido. El precio varia según los horarios: 50 NZD para el de las nueve, 75 el de las once, 70 el de la una y finalmente 65 para el último que zarpa a las tres y cuarto. Decidimos coger el de las nueve por varias razones: la primera porque es el mas barato, la segunda para evitar los autobuses de turistas que copan las plazas de los barcos de las once y la una y tercera porque así acabaremos todavía temprano. El recorrido dura poco mas de hora y media, y tendremos tiempo para disfrutar de vuelta de la carretera que une el Milford y Te Anau, una de las mas bonitas del país y en la que hay multitud de puntos donde parar para contemplar el paisaje y hacer unas fotos que no habíamos podido disfrutar el día anterior ya que llegamos de noche. El plan era perfecto pero nuestro gozo en un pozo, cuando llegamos al embarcadero nos encontramos con que una espesa niebla inunda la zona y no deja ver nada prácticamente a pocos metros por encima del nivel del mar, es contratiempo inesperado, por una parte no queremos quedarnos sin ver el fiordo pero por otra tampoco queremos tirar a la basura 50 dólares cada uno en pagar el barco si no vamos a poder ver nada así que decidimos hacer un cambio de planes, haremos el trekking del Key Summit cercano al camping donde pasamos la noche, comeremos y volveremos al embarcadero para coger el barco de las tres y cuarto esperamos que con la niebla mas despejada. La zona del Milford Sound es una de las zonas mas lluviosas del planeta, con una precipitaciones que superan los 6000 litros anuales por metro cuadrado, con una máxima diaria registrada de 590 litros, para que os hagáis una idea en una ciudad mundialmente conocida por su clima lluvioso como Londres las precipitaciones anuales son de 600 litros por metro cuadrado lo que hace que encontrar el Milford con buen tiempo o incluso sin lluvia sea realmente difícil.

Vamos hacía el Key Summit, el trekking se inicia en un parking con lavabo público y un cobertizo donde descansar. El trekking consiste en subir a la montaña mas alta de la zona para poder disfrutar desde allí de una privilegiada perspectiva de la zona con final en el fiordo, el recorrido completo es de unas tres horas y media entre la subida y la bajada atravesando un espeso bosque por un sendero. Este trekking es altamente recomendable aunque nosotros decidimos parar a medio camino ya que la misma niebla que nos había hecho abortar el plan matutino del Milford no nos dejaba ver mas allá de unos cuantos metros, por lo que pegarnos la matada de subirnos a la montaña para llegar a la cima y no ver nada no nos acabó de convencer, además íbamos a ir muy justos para comer y llegar a tiempo para el barco por lo que decidimos dar media vuelta y bajar por donde habíamos venido. Llegamos al parking y tranquilamente nos ponemos a preparar la comida y mientras estamos en ello empezamos a oír pasos sobre la campervan, echamos un vistazo y nos encontramos con una pareja de Keas. El Kea es un pájaro autóctono de la zona, muy parecido a un loro o una cacatúa pero con un plumaje no tan vistoso como éstos que emite un sonido muy característica que ha acabado dándole su nombre. Los keas son los únicos loros que viven en climas de montaña en el mundo. Imaginamos que están muy acostumbrados a los turistas porque en ningún momento se asustan y se quedan por allí acompañándonos por si les cae algo mientras nos hacemos la comida lo que nos convierte en el centro de atención de todo el parking. Una vez comidos se nos ha hecho un poco tarde por lo que salimos flechados hacia el Milford, llegamos allí con el tiempo justo para comprobar que, aunque la niebla no se esfumado completamente, su nivel si que ha subido lo suficiente como para poder disfrutar del recorrido del barco así que compramos los tíquets y corriendo subimos al barco. Hace bastante viento por lo que venir mínimamente bien abrigado es mas que necesario. De todos modos como viene siendo habitual, vemos alguna chica con shorts y flip-flops que tan solo con mirarla nos hace entrar frio. El recorrido del barco como decíamos antes es de hora y media, en él se van dando explicaciones por megafonía y podemos disfrutar de café gratis. En la megafonía explican que el fiordo tiene unos seiscientos metros de profundidad, en él hay diferentes paradas para poder ver varias colonias de focas, alguna cascada y en general un recorrido muy completo por el fiordo, acercándose especialmente tanto a las focas como a la cascada. Llegados al final del fiordo y su conexión con el mar explican que el fiordo tardo varios años en descubrirse debido a que la entrada es bastante pequeña lo que hace que si lo observamos desde mar adentro sea difícil de distinguir y simplemente veamos el mismo relieve montañoso en toda la costa. En el recorrido también podemos observar el Mitre Peak, de 1692 metros lo que lo convierte en una de las montañas mas altas del mundo nacida desde el mismo mar. Acabamos el recorrido con la satisfacción de que a pesar de no haber tenido un clima muy favorable hemos podido disfrutar del paseo en barco gracias a nuestro cambio de planes en el último momento.

Abandonamos el Milford Sound parando en varios puntos de la carretera para hacer unas fotos, pasamos por Te Anau de nuevo y nos dirigimos a las proximidades del lago Monowai para dormir de nuevo en un camping del DoC. Cuando llegamos allí bien entrada la noche decidimos dar media vuelta, viendo la ingente cantidad de sunflies que esperan para devorarnos al primer despiste. Volvemos por la misma carretera de grava por la que vinimos y dormimos en un descansillo de esta ya un poco mas alejada del lago y del alcance de los malditos insectos.

Por la mañana descubrimos que el suelo del descansillo donde hemos pasado la noche esta lleno de arena y que las ruedas de la caravana están atascadas en ella, toca empujar, suerte que estamos en plena forma y después de unos cuantos empujones conseguimos salir de allí con rumbo a los Catlins. De camino allí nos pasamos por la localidad de Clifden, en un rincón de la Lonely vemos que hay unas cuevas en sus afueras, las Lime Stone Caves. Como el día es mas bien de transición decidimos acercarnos a ver que tal son. Al llegar a las cuevas nos encontramos con algo bastante distinto de lo que esperábamos, allí no había turistas ni una entrada que pagar ni tan siquiera alguna luz durante el recorrido, una pequeña entrada con un panel explicatorio y un agujero hacia la mas profunda oscuridad. Nos volvemos al coche y decidimos equiparnos mejor, cogemos nuestras linternas, las chaquetas y las botas de trekking. Si decidís pasar por allí todas estas cosas son imprescindibles. Nos adentramos en la cueva y enseguida empezamos a flipar con la cantidad de luciérnagas que hay por todas partes, si apagamos las linternas y miramos al techo la cantidad de puntos azules brillantes que vemos hacen que parezca que estamos mirando las estrellas en lugar de estar en el interior de una cueva. Seguimos adelante y encontramos la salida, nos ha sabido a poco, mas que nada porque en el mapa que vimos a la entrada la cueva parecía mucho mas grande. Xavier nos insta a volver a entrar, dice que en un punto del recorrido le ha parecido que podíamos tomar otro camino. En efecto estaba en lo cierto y casi al llegar a la salida podemos meternos por una grieta e ir a para a un conjunto de galerías que se comunican las unas con las otras, la experiencia nos encanta, nos sentimos a caballo entre espeleólogos investigando la cueva y niños que atraídos por la curiosidad se meten sin mas contemplación. Después de mas de media hora agachándonos, trepando y contorsionándonos para poder por el camino establecido llegamos a la verdadera salida, frente a ella encontramos una piscina que se ha ido formando por las gotas que se filtran desde el techo de la cueva, no parece demasiado profunda y equipados con las cámaras y demás decidimos no meternos y dar media vuelta para volver por donde habíamos venido. En resumen, una gran experiencia totalmente inesperada.

Salimos de la cueva, nos limpiamos el barro que tenemos por todas partes y nos vamos hacia Invercagill. Tenemos varios asuntos pendientes, el primero y mas urgente comprar un tapón para la salida del agua residual de la furgoneta que se nos había roto y que ya habíamos intentado solucionar sin éxito en Wanaka. Después de dar mil vueltas y preguntar en unas cuantas tiendas finalmente lo encontramos y ya mas tranquilos buscamos una ducha pública, un supermercado donde cargar y finalmente acabamos haciendo una comida-merienda-cena en un McDonald’s en las afueras para poner rumbo definitivamente a las Catlins.

Pasamos la noche en un camping a la orilla del mar en Curio Bay. Por la mañana nos despertamos y vemos algunos delfines saltando en la playa junto al camping, esta playa con fuerte oleaje es, a su vez, utilizada para la práctica del surf igual que muchas otras de la zona debido al fuerte viento que sopla y que hace que muchos bosques de la zona tengan una característica forma, con los arboles situados en la primera línea de mar completamente inclinados hacia atrás, parece que el bosque este despeinado! Al lado del camping está el Petrified Forest, esto no es otro sino un bosque que hace 150 millones de  años fue sepultado por la lava de un volcán que contacto con el mar directamente, solidificando los árboles. Ahora por no quedar no queda ni el volcán pero podemos ver el bosque petrificado en el suelo. Es muy curioso ver el tronco de un árbol en el suelo, con un relieve y colores con aspecto de madera pero que cuando lo tocas no es madera sino piedra. En la playa además también deberíamos poder ver diferentes especies de pingüinos y leones marinos pero los animales nos esquivan y a esta hora parece que se encuentran en el agua comiendo. Desde allí empezamos un recorrido por los Catlins que nos llevan por varias playas en busca de vida animal.

Empezamos a pensar que allí no hay ningún animal hasta que llegamos a Cannibal Bay. En un primer vistazo no vemos nada, nos acercamos a las rocas de un lado de la playa y nada. A lo lejos en el otro lado vemos algo moverse, nos parecen algas moviéndose con el vendaval que azota la playa pero también vemos una pareja que viene desde allí y que esta haciendo fotos sin parar. Nos acercamos y vemos que no son algas sino leones marinos, la pareja nos explica que la playa esta infestada así que nos vamos para allí. En efecto en la playa hay una enorme comunidad de estos mamíferos, son enormes y están en su hora de la siesta, habrá mas de treinta ejemplares que se tiran arena por encima con sus aletas para aplacar el calor y evitar a los molestos insectos que los incordian. Nos encanta la experiencia de estar a pocos metros de estos enormes animales y les hacemos un reportaje fotográfico completo, algunos se levantan de la siesta y se vuelven para el mar. Otra gran experiencia!

Ya con nuestra sed de reporteros de National Geographic saciada nos volvemos para la campervan y acabamos nuestra visita de los Catlins visitando el Nugget Point, cuyo faro nos ofrece una buena perspectiva de las playas de las cercanías y ponemos rumbo a Dunedin. La ciudad nos decepciona, habíamos leído que era una ciudad universitaria y nos esperábamos un Queenstown pero en grande y nos estábamos planteando salir por allí pero al llegar nos encontramos que el ambiente se reducía a una plaza central en la que había poco mas que cuatro bares en los que tomarse una cerveza. Decidimos pasar de largo e irnos a dormir al camping del DoC de Trotter Gorge en las proximidades de Moeraki. Este camping es especialmente difícil de encontrar así que paciencia, si creéis que estáis perdidos es que estáis cerca!

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Showing 9 comments
  • Dani Keral
    Responder

    Hola chicos! Soy Dani, he llegado a vosotros desde los chicos de conmochila y tengo un par de preguntillas que haceros sobre Milford. Estoy planeando un recorrido de un año desde India hasta NZ para el año que viene y tenía pensado ir por NZ en su verano y hacer el Milford Track. En principio voy a ir yo solo y, exceptuando la opción azarosa de que encuentre a algún viajero que quiera compartir vehículo y gastos, no se si se puede llegar fácilmente en transporte público hasta el lugar de comienzo de la ruta.
    La otra pregunta es sobre la ruta, que ya se que es para un número muy limitado… sabéis con cuanta antelación se debería reservar el permiso de entrada?

    • We Are The Passengers
      Responder

      Hola Dani! Gracias por visitar nuestro blog 🙂 La verdad es que nosotros no hicimos ningún Great Walk como lo es el Milford Track. En cuanto al transporte, nosotros viajamos con una autocaravana y desconozco el estado del transporte público. Si que se que no es muy fácil, la gran mayoría de viajeros se mueve en su propio vehículo, y es complicado encontrar autobuses a los sitios más remotos. En cuanto al trekking, visitando esta página http://www.greatwalks.co.nz/milford-track puedes reservar tu espacio. Si te sirve, yo he mirado ahora la disponibilidad y el primer dia libre que tienen es para el 17 de Abril de 2015. La temporada de trekking (en la que podrás encontrar refugios donde dormir, ya que el trekking tiene 50 km) va desde el 28 de Octubre al 29 de Abril, por lo que deberás reservar con mucha antelación…
      Que otros países has pensado visitar?? Pinta muy bien ese viaje que estás planeando! Saludos

      • Dani Keral
        Responder

        Buenas otra vez! Gracias por la búsqueda! En principio, aun tendría tiempo, porque lo planeo para empezar el viaje por septiembre de 2015 y estar en NZ en diciembre-enero. Lo que pretendo hacer es India, Nepal, Myanmar, Tailandia, Camboya, Vietnam, Malasia, Indonesia y NZ (en principio, si no se le van sumando o restando cosas por el camino). Vamos, prácticamente lo que habéis hecho vosotros! Ya os iré preguntado cosillas sobre otros lugares según vaya buscando info de cada uno. Vosotros estáis de viaje ahora?

        • We Are The Passengers
          Responder

          Si, tienes tiempo, pero ves con ojo. Diciembre y Enero es la temporada de vacaciones escolares en NZ y esta todo muy pero muy lleno y muy pero que muy reservado.No entiendo muy bien por eso cual va a ser tu ruta de viaje. Si sales en Septiembre, que vas a hacer para llegar en Diciembre a NZ? Ya que por ejemplo Nepal lo has de hacer en Ocubre-Noviembre para ir bien. La manera más barata para ti seria empezar en NZ e ir subiendo. Planea bien las épocas de monzones de cada país o se te puede convertir en un auténtico infierno jeje. A mi por ejemplo me gustó mucho más Filipinas que Malasia o Tailandia 😉

          • Dani Keral

            Pues la cosa es que a Nz iré para coincidir con una amiga kiwi que va en Navidades a ver a su familia, (con lo que parte de alojamiento arreglado) pero antes quería empezar por India Nepal en septiembre-noviembre (para evitar monzón y aprovechar en Nepal el buen tiempo). F ahí pasaría por Bangkok para volar a auckland (es el lugar mas barato, mas q dsd la india directo). Despues haría vuelta a bangkok para tirar por tai, camboya… Es un poco pifostio..y cn un vuelo largo en medio pero es para intentar aprovechar los mejores momentos d cada sitio, pillar a mi amiga (y empezar x India, q quiero dedicarle mucho y posiblemente es la q mas me gaste por el cambio cultural). lo veis muy rocambolesco? lo d filipinas me lo apunto!

          • We Are The Passengers

            Buenas! Ahora entiendo más la ruta que quieres hacer 🙂 Si realmente no te queda otra que ir y volver a NZ, es un poco rocambolesco si, pero es lo que hay supongo. Mirate vuelos Auckland – Kuala Lumpur que eran mas baratos que via Bangkok cuando fuimos nosotros…En cuanto a Nepal tenemos bastante información sobre el trekking de los Annapurnas en nuestra web por si la necesitas! De India aún hay que subir el diario :S

          • Dani Keral

            Ummm, no había mirado desde Kuala! Voy a comparar a ver. Lo de los Annapurnas me va a venir de miedo! Mil gracias, chicos, así da gusto!! Si necesitáis algo por Madrid, no dudéis en pedirlo y si nos encontramos por los mundos tenéis un fisio asegurado para velar por vuestra salud 😉
            Os iré lanzando más prguntillas conforme vaya leyendo más cosas

          • We Are The Passengers

            muchas gracias!! Suerte con el viaje y aquí estamos para responder lo que sepamos! 🙂

        • We Are The Passengers
          Responder

          PD: no estamos de viaje ahora 🙁

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