Empezamos nuestro viaje por Nueva Zelanda en las Northlands, las tierras del norte vamos. Para nuestro ¨road trip¨ alquilamos una campervan, o lo que es lo mismo una furgoneta reconvertida en caravana. La compañía elegida es Wendekreisen. En Nueva Zelanda hay muchas compañías de alquiler, las mas conocidas son Wicked, Jucy, Maui y Kea. Nosotros alquilamos una furgoneta Toyota para 3 personas (2+1) y la elegimos básicamente porque era la mas barata y después de unos días con ella, la verdad es que creemos que no hace falta nada más pues viene equipada perfectamente con nevera, fogones para cocinar, un mini horno y un fregadero para lavar los platos, además de dos camas en dos alturas. La furgoneta nos cuesta 1410 NZD por 18 días de ruta, lo que para tres personas y viendo los precios del resto nos parece un autentico chollo. Las únicas pegas: que tiene 350.000 km y que funciona con gasolina en lugar de diesel como esperábamos, lo que nos va a encarecer ligeramente el presupuesto.

Nueva Zelanda es un país con unas infraestructuras perfectas para el uso de este tipo de vehículos y por todos lados encontrareis campings donde poder estacionaros. Además existen unos campings, los del DoC (Department of Conservation) con servicios muy básicos pero que también son los más baratos aunque no esperéis grandes lujos en ellos ya que normalmente solo proporcionan lavabos y un sitio tranquilo donde dormir. Además de los campings en casi cada pueblo existen los I-sites (oficinas para el turismo) donde podréis conseguir información de la zona, descuentos para entradas, wifi e incluso en algunos casos una ducha. Por último en prácticamente cada sitio mínimamente bonito donde decidáis parar os vais a encontrar con baños públicos perfectamente limpios y equipados. Empezamos!

Salimos tranquilamente de nuestro hostel en Auckland y cogemos un taxi. Habíamos leído que la compañía de la campervan nos abonaba 30 NZD si desde Auckland al puesto de recogida, así que nos pillamos un taxi en la misma puerta dirección al aeropuerto. El conductor, un tío muy cachondo de Fiji, nos hace una rebajilla y nos deja el trayecto por 35 NZD y a su vez la mujer de la compañía nos acaba pagando íntegramente el taxi por lo que el desplazamiento nos sale gratis.

Después de las típicas comprobaciones del estado de la campervan y firmar varios papeles, estamos en marcha! Nuestra ruta es agresiva, lo sabemos y nos gusta, si no sois de los que les gusta conducir o os gusta quedaros parados tres horas mirando lo mismo no deberíais seguirla, si por el contrario os gusta aprovechar bien el tiempo y hacer todas las cosas posibles esta es vuestra ruta.

Iniciamos nuestra ruta saliendo de Auckland en dirección norte. Lo que tiene llevar una campervan es que cuando ves algo que te gusta puedes pararte y comer o dormir allí, así que es lo que tenemos pensado ir haciendo. Llegados a Whangarei nos paramos en un parking frente a la playa y comemos allí, en la misma localidad hay una cascada, que aunque no es que sea ninguna maravilla es según la guía la mas fotografiada de Nueva Zelanda así que decidimos pasarnos. Seguimos hacia el norte camino a Doubtless Bay, por el camino pasamos por la zona de Bay of Islands y nos paramos a hacer unas fotillos. Las carreteras en este tramo son bastante malas, de grava y con poca señalización por lo que un GPS se hace aunque no imprescindible si de gran ayuda.

Nosotros vamos con una combinación entre los mapas de carreteras que vamos sacando de los I-sites y un GPS gratuito offline para la tablet, llamado FreeNav y aun así a veces no nos ha sido fácil encontrar los sitios. Llegados a las proximidades de un pueblo llamado Rangiputa y ya de noche decidimos ir a la playa de Puheke a pasar la noche pero nos estaban esperando… No era un comité de bienvenida, ni una fiesta, ni tan siquiera la policía sino decenas de mosquitos, que decenas! Cientos, que cientos! Miles de mosquitos que estaban preparados para devorarnos tan pronto como abriéramos la puerta de la campervan así que decidimos abortar la misión y volver a Rangiputa. Pasamos la noche en un parking al lado de una gasolinera y con vistas a una playa como descubriríamos la mañana siguiente.

Por la mañana nos levantamos y salimos de camino a Cape Reinga, el punto mas al norte de la isla. Allí hay un faro con unas buenas vistas y cuenta la leyenda maorí que hay un árbol donde van a para los espíritus de los muertos para poder entrar a la tierra a través de sus raíces. De vuelta del faro pasamos por las Tepaki Giant Dunes, unas enormes dunas de arena que hacen que nos sintamos en medio del Sahara. De camino a las dunas alquilamos una tabla de bodyboard, nos cuesta 20 NZD y nos sirve para tirarnos por las dunas y pasar un buen rato. Después salimos hacia la Hot Water Beach, nuestra próxima destinación. Después de unas cuantas horas de carretera de curvas llegamos a nuestro destino, son casi las dos de la mañana y estamos reventados, en el parking de la playa no se puede dormir así que nos movemos hasta encontrar un parking en el que creemos que podemos pasar la noche.

Digo creemos porque a la mañana siguiente nos despierta un guardia y nos clava una multa de 200 NZD por dormir en una zona prohibida, le explicamos que llegamos a las dos de la mañana y que no nos habíamos dado cuenta, el guardia nos dice que él no puede hacer nada pero que si vamos al pueblo de al lado y ponemos un recurso explicando la situación probablemente nos la acaben quitando y así lo hacemos, no sin antes hacer las actividades que teníamos previstas, vamos a la Hot Water Beach, la playa en sí no tiene demasiado en cuanto a belleza, su gran atracción radica en las aguas termales que brotan de su interior. La gracia está en coger una pala y cavar un agujero en la arena junto a la orilla, ya que cuando llegas a 30-40 cm de profundidad empiezan a brotar aguas de entre 40 y 70 ºC. Al poco montamos nuestro jacuzzi particular y allí nos quedamos un rato hasta que la marea volvía a subir. Estad atentos porque solo se puede hacer con la marea baja y si no llegáis a tiempo os tocará esperar seis horas hasta que vuelva a bajar la marea. Una vez relajados, nos vamos hacia la Cathedral Cove, una cueva formada hace 8 millones de años debido a la alta actividad volcánica de la zona. La cueva aparece en la película de “Las crónicas de Narnia”  y junta a ella hay una bonita playa en la que nos pegamos un baño y hacemos un poco de snorkel. Justo cuando pensábamos que no había valido la pena llevarnos las gafas vemos una manta raya en el fondo, ninguno de nosotros había visto ninguna a pesar de tener certificaciones de buceo y de haber practicado snorkel desde hace ya unos cuantos años, después de esta primera manta localizamos otra mas grande por lo que al final la excursión ha valido mucho la pena. Volvemos a la campervan y nos vamos a pasar la noche esta vez ya sí a un camping cercano a Rotorua no sin antes pasar por el pueblo de Thames a poner el recurso por la multa de la mañana. Decidimos pasar esta noche en un buen camping para podernos pegar una buena ducha y para tener acceso a internet para el blog y para comunicarnos con la familia y amigos.

Cambiamos de zona, han sido mas 1500 km en tres días lo que decíamos, una ruta agresiva!

rotorua & tongariro

Después de pegarnos una reconfortante ducha nos despertamos en Rotorua, un pueblo sin demasiado encanto pero muy cercano a varias zonas de alta actividad volcánica y termal.  Esta alta actividad volcánica hace que la zona tenga un olor muy característico, a huevo podrido, debido a la emanación de gases del interior de la tierra.

De entre varios parques y recintos nos decidimos por Wai-o-tapu ya que es el que nos parece menos turístico y mas natural, hay muchas cosas que ver aquí, la primera un geiser que activan artificialmente a las 10:15 de la mañana echando una mezcla de agua y jabón en su interior para provocarlo. Íbamos un poco justos de tiempo y un fallo del GPS nos hace perder veinte minutos muy valiosos lo que nos hace llegar tarde para ver el géiser, que aunque no nos importe demasiado teníamos ganas de verlo. La entrada al parque nos cuesta 29 NZD por cabeza con un cupón de descuento que sacamos del I-site del pueblo. El parque tiene un recorrido de unas dos horas en el que se pueden ver muchas fumarolas, estanques y piscinas naturales con un alto contenido en azufre y arsénico, todo muy tóxico aunque muy bonito. En pleno parque nos encontramos con una pareja de catalanes, Xavi y Laura, los cuales como nosotros viajan en una auto caravana durante un mes por las dos islas y nos comentan que el volcán del Tongarino tiene la mitad del recorrido cerrado debido a la erupción del volcán el pasado mes de Noviembre de 2012. Era algo que habíamos leído por internet pero ahora ya teníamos la confirmación total. Al salir del parque nos enseñan su caravana, un autentico palacio comparado con la nuestra, ducha y baño en una habitación, cama kingsize, televisión, DVD y hasta una barbacoa anexionada en el lateral con luces de neón, una pasada aunque para nuestro presupuesto totalmente inalcanzable.

Nos despedimos de ellos en el parking y ponemos rumbo a nuestra nueva destinación: las Huka Falls, un conjunto de rápidos del rio Waikato. La bravura de sus aguas es brutal, da la sensación que si caes al agua no vas a salir vivo de allí. El caudal de este rio y su velocidad es utilizado para proporcionar el 15% del total del suministro eléctrico de Nueva Zelanda.

De las Huka Falls nos vamos hacia Taupo. Esta localidad esta a la orilla de un lago con su mismo nombr y el lago en sí es el mas grande de Oceanía con una superficie similar a la de Singapur. En la misma localidad de Taupo nos explican en el i-Site que existe una zona con aguas termales para darse un baño de agua calentita gratis. Son unas pequeñas cascadas con aguas muy calientes que van a desembocar al caudal del rio formando previamente unas pequeñas piscinas naturales de agua caliente que son utilizadas a modo de jacuzzi. Así pues, nos pegamos otro merecido bañito relajante en ellas y salimos hacia la zona del Tongariro, nuestra excursión para el día siguiente.

En el mismo pueblo en un I-site nos acaban de dar toda la información necesaria para visitar el volcán. Como bien nos dijeron Xavi y Laura la mitad del Tongariro Alpine Crossing está cerrada debido a la erupción, así que lo que haremos será hacer el ascenso del mismo y después volvernos por el mismo camino de vuelta al inicio. Habíamos encontrado bastante información acerca de esta excursión por internet y en ella viajeros explicaban que lo mejor era dejar la campervan en los pueblos cercanos e ir en bus al finalizar el recorrido, el bus costaba entre 25 y 30 NZD por cabeza por lo que nos decidimos por otra opción. En el I-site nos explican que en el mismo Tongariro hay un parking, pero este abre a las 6 de la mañana y que sólo tiene sesenta plazas, pero que si aparcamos allí nos ahorraremos el bus. Nuestro plan es el siguiente: pasaremos la noche en el camping del DoC de Mangahuia a escasos 5 km de la entrada al parking y así podremos llegar los primeros al parking. Llegamos pasadas las once de la noche, nos preparamos la cena (noddles de 1 dólar) y nos vamos a dormir. El siguiente va a ser un día duro.

Nos despertamos a las seis menos veinte, todavía de noche y con la legaña en el ojo. En los campings del DoC pasan a cobrar entre las nueve y las diez de la mañana por lo que optamos por la opción punki de irnos sin pagar en lugar de dejar el dinero en un sobre en un buzón como indica la entrada.  El precio “oficial” es de 10 dólares y nos parece una barbaridad de precio por una parcela en el campo.

Nos vamos hacia el parking del Tongariro para ser los primeros en llegar y tener una de esas sesenta plazas. No somos los primeros pero casi y cumplimos nuestro objetivo de aparcar allí para evitar el bus. Una vez llegados allí nos aseamos y preparamos los bocadillos para comer en la cima. Empieza la caminata, son unos ocho kilómetros de subida para un total de ochocientos metros de desnivel lo que nos da una pendiente media de un 10%. El primer tramo es un pequeño desnivel que transcurre cercano a un riachuelo y con un paisaje volcánico extremadamente árido ya que aquí no hay vegetación mas allá de pequeños arbustos y matojos. Nos parece que exageran en cuanto al desnivel ya que mas allá de algunas piedras que hay que subir la subida es muy poco pronunciada. Para esta ascensión resulta mas que imprescindible un buen calzado, unas buenas botas de trekking o unas zapatillas de deporte con suela dura para ir por la montaña son mas que necesarias si no os queréis romper un tobillo con cualquiera de las miles de piedras y rocas que se sortean durante el camino. Después de una hora de caminata llegamos a un pequeño descanso situado a 4,4 kilómetros del parking. En este punto encontraréis un par de letrinas, las cuales no dejamos de preguntarnos como harán para vaciar ya que el acceso motorizado es totalmente inviable.

A partir de este momento la cosa se complica, como advierte un cartel. Si no estás en un forma decente o si las condiciones climatológicas no son demasiado favorables da media vuelta. Y vaya que si empeoran…empieza un duro ascenso con pendientes muy pronunciadas y con tramos de escalones inacabables. La niebla que veíamos desde la base del volcán se convierte en una espesa niebla que nos rodea y no nos deja ver mas allá de diez o quince metros, además empieza a hacer un frío considerable lo que combinado con el sudor de la subida y el viento cada vez mas pronunciado hace que ahora sí, nos sintamos cada vez mas en Mordor. El volcán próximo al Tongariro, el monte Ruhapehu, es ni más ni menos que el Monte Doom del Señor de los Anillos. Conforme vamos subiendo la sensación térmica cada vez es menor. A los 1500 metros de altura hay un cráter inactivo que proporciona un poco de descanso a las piernas aunque a partir de aquí el ambiente es gélido, debemos estar a unos siete u ocho grados pero la sensación es de estar bajo cero ya que el viento cada vez sopla mas fuerte. Pasado este descanso ya queda menos para llegar a la cima y en el último tramo del ascenso el viento ya es insoportable. Cuando nos quedan unos cien metros de ascenso decidimos abortar la misión ya que el viento no nos deja prácticamente mantenernos de pie y debe soplar entre 70 y 80 km/h y al estar en la cima no hay nada ya que lo pare. Nos sentimos como los alpinistas que suben al Everest y que a falta de unos metros para la cima tienen que dejarlo por precaución pero tampoco es plan de salir volando y además la densa niebla no nos iba a dejar ver los Emerald Lakes, unos lagos que se pueden ver desde la cima, así que llegar arriba es tontería. En el camino vemos algunos turistas muy poco preparados, congelados y con cara de estar pasando el peor día de su vida. Nos damos media vuelta y bajamos hasta al parking donde ya una vez recuperada la temperatura corporal nos comemos los bocatas que teníamos preparados para la cima, el plan no ha salido perfecto pero tampoco podíamos hacer nada.

Después de casi seis horas de trekking esta vez si nos merecemos un camping de los de verdad para pegarnos una ducha no sin antes pasamos por Taupo para pegarnos un bañito en el lago. Finalmente decidimos ir al camping a Wanganui, localidad muy cercana a la localidad de Wellington, capital de Nueva Zelanda y desde donde salen los ferris porque al siguiente día, pero finalmente nos acercamos más hacia la ciudad y dormimos en un bonito camping en un pueblo llamado Upper Hut situado a unos 40 minutos de Wellington.

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